Aquellos maravillosos tiempos del Explorer
Adrián Rodríguez y Juan José Vidal nos acercan su experiencia en Santander Explorer, el programa de emprendimiento en el que empezó su éxito profesional.
Para empezar, ¿Qué es el Programa Explorer?
El programa Explorer es una de las iniciativas más destacadas en el apoyo al emprendimiento universitario en España. Se trata de un proyecto RSC del Banco Santander desarrollado por el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE) en colaboración con un amplio número de universidades Españolas, portuguesas o sudamericanas que lo acogen de manera descentralizada; siendo el principal objetivo el de promover e impulsar el talento joven.
Este programa, que es apoyado en mayor o menor medida por las universidades que lo acogen, ofrece durante seis meses formación y acompañamiento a quienes lo realizan, y premia con un viaje a Silicon Valley a un miembro ganador del proyecto que gana en cada Explorer Space (el nombre que recibe cada centro educativo donde se realiza el programa). A su vez, los proyectos ganadores de cada centro pasan a una ronda nacional donde compiten por los tres primeros premios de 30.000, 20.000 y 10.000 euros. También existen dos categorías más, el premio a la mujer Explorer, y el premio de tecnología disruptiva con un premio de 10.000€ cada uno.
Para acceder al programa es necesario superar una entrevista en un Explorer Space, donde se valora la calidad e innovación del proyecto. Una vez dentro del programa un mentor (que suele ser un empresario/a relacionado con tu campo) elige tu proyecto y te acompaña durante la experiencia formativa con el fin de guiarte. A su vez, debes realizar una serie de clases relacionadas con metodología de emprendimiento: lean startup, propuesta de valor, Model Canvas, finanzas, etc. También, como parte de la experiencia formativa, se plantean una serie de retos pensados para estimular la creatividad, la inteligencia analítica, el trabajo en equipo o la resolución de problemas. Además, dentro de las posibilidades de cada Explorer Space, se realizan otras actividades complementarias que enriquecen enormemente la experiencia formativa. En el caso de la edición de 2018 del Explorer Space Universidad de Murcia, tuvimos experiencias con profesionales del teatro haciendo “Rol-play”, dinámicas grupales, mentorías de marketing, talleres de design thinking, entre otras muchas actividades.
¿Conocíais el programa?
Conocíamos el programa Yuzz por haber estudiado en la universidad, que era el nombre que tenía previamente, en nuestra edición se hizo el cambio de naming hacia Explorer.
¿Qué os atrajo a realizarlo?
Francamente en aquel momento nosotros trabajábamos como freelances realizando proyectos donde poníamos mucho amor a las cosas, pero donde los euros no brillaban como queríamos (seguro que a muchos les suena, ánimo).
En aquel momento no teníamos la visión empresarial que tenemos ahora, éramos solo dos jóvenes intentado sobrevivir en medio de una crisis, con un empleado a cuestas; sin la experiencia de haber trabajado en una gran agencia; sin saber como funcionaba la cocina del mundo de la publicidad, sin padrinos mágicos que lo acelerasen todo, y en general, contra viento y pronóstico. Sólo teníamos la percepción de que existía una gran necesidad de nuestros servicios, y la certeza de que si otros lo habían conseguido ¿por qué nosotros no? Solo nos faltaba tiempo y experiencia para convertir ese amor por nuestro trabajo y nuestra visión tecnológica, en algo que pudiéramos ver y tocar.
«Es una cosa triste de nuestro país, se educa en el miedo a creer en uno mismo y se estimula mucho la búsqueda de la seguridad, tú hazte funcionario, nos dicen. Yo tengo mucha suerte, mi madre siempre me dijo: estudia lo que te haga feliz, pero lo que elijas hazlo bien.»
Adrián Rodríguez
¿Qué os aportó?
Consciencia de donde estas, aprender a valorarte a ti mismo, aprender a sintetizar al máximo la información; lo importante de una buena presentación, y el marketing como herramienta indispensable para el éxito de cualquier cosa.
Para cualquier persona que haya estudiado en la universidad pública española, o en la enseñanza pública en general (y decimos esto porque nosotros somos hijos de la educación pública), un programa como el Explorer (o al menos nuestra experiencia del año 2018) es un cambio disruptivo en el enfoque que se realiza sobre la enseñanza en sí.
Autoconsciencia, comunicación interpersonal, estimulación de la competitividad, apuesta por la creatividad, validación de tu idea de negocio, mentorización personalizada, adquisición de destrezas transdisciplinares que sean útiles para tu proyecto, redacción publicitaria, comunicación audiovisual, trabajo en equipo, y realismo, mucho realismo. Estos son algunos de los ingredientes de la formación que recibimos.
Un ejemplo: el primer día tuvimos que hacer el reto de acertar cuanto cuesta nuestra plaza en Explorer, una pequeña acción que te hace consciente de donde estas y aprender a saber cuanto cuestan las cosas, algo que la mayoría de la gente en verdad no te sabe decir.
Otro día estuvimos haciendo dinámicas de grupo en las cuales teníamos que caminar por una sala y simplemente saludarnos mirándonos a los ojos y sonriendo, que parece tonto pero rompes el hielo con el grupo, te ríes y te das cuenta de lo ridícula que es la vida y lo absurdo de tener miedo a enfrentar determinadas situaciones. También hubo tiempo para aprender la importancia de la comunicación asertiva (que recomiendo en cualquier espacio de trabajo); el rol-play o determinados ejercicios relacionados con lo teatral, recordamos con mucho cariño eso. Honestamente creemos que hace falta más teatro en las aulas.
Otro reto, consistía en, con cinco euros y unas pocas horas por el centro de Murcia, conseguir aumentar todo lo que pudiéramos esa cantidad usando nuestro ingenio. Nos dividimos en grupos y nos pusimos a ello. Como el branding estaba en nuestro interior, pensamos como publicistas y diseñamos una acción que no buscase pedir dinero, sino que la gente pagase por el hecho de convertirse en un mecenas. Nuestra idea se basaba en estar en un lugar céntrico, con cartelería explicando la acción, como si fuera un festival de arte en la calle, y crear valor a través de la idea de mecenazgo. Nuestra compañera Irene Ortega, violonchelista, tocaba el violonchelo en Santo Domingo mientras Adrián la pintaba. La gente daba dinero y a cambio entraba en el sorteo del cuadro. Hicimos 131€, la cifra récord en toda España.
Otro reto era el de un minuto con, en el cual teníamos que grabar un video en equipo para competir con otros centros explorer de España. Este es el vídeo, aún sigue siendo el primero en número de reproducciones cuando buscas en YouTube, y también fue el vídeo ganador a nivel nacional. Esto nos cosechó un premio que nos permitió ir a todo el explorer space a un parque acuático.
También estaba el reto de Este es mi Pitch, que tenía por objetivo hacer un vídeo con la típica presentación que le harías a un inversor si lo tuvieras un minuto en el ascensor y tuvieras que en el mínimo tiempo, venderle tu idea. Nos podéis imaginar cuánto se aprende sobre síntesis en ese ejercicio.
Pero si destacásemos algo, serían las personas, tanto el equipo del COIE, los docentes y profesionales, como nuestros compañeros, con los cuales seguimos haciendo proyectos y conservamos el contacto, y de los que aprendimos muchísimo. Son esas maravillosas personas las que te enseñan a ser emprendedor.
«Los jóvenes de nuestra generación hemos crecido con la crisis, y sabemos lo duro que es sobrevivir, somos fuertes. Nadie nos va a regalar nada, el futuro debemos construirlo nosotros, pero haciéndolo diferente.»
Juan José Vidal Sánchez
¿Qué cambió cuando ganasteis el premio?
Bueno aparte de la enorme experiencia que supuso viajar a Sillicon Valley que contaremos en el siguiente artículo, ganar Explorer en nuestro centro a priori supuso una sorpresa tremenda; nosotros habíamos entrado al programa para crear un modelo de negocio, no para ganar el premio. Desde la dirección se habían afanado mucho en ocultarlo para que fuese una sorpresa. Recuerdo que nos fuimos al parque acuático a pasar el día, y la coordinadora del programa, que se merece un Goya por su interpretación, nos mantuvo en la inopia todo el tiempo (y mira que insistimos). Fue un día mágico, porque además, por aquel entonces la universidad aportaba un premio en metálico adicional que nos sirvió para que ambos pudiéramos viajar a Sillicon (el viaje era para un único miembro de cada proyecto), promoviendo además un viaje paralelo a nivel nacional que permitió a muchos otros solventar esa pequeña injusticia que siempre supone el que solo pueda ir uno, cosa lógica, por otro lado.
Por supuesto, el ganar el premio, a corto plazo nos permitió ser muy visibles. Salimos en la prensa, nos contactó el INFO, también el director del Banco Santander de esta zona, las autoridades nos recibieron; el primero fue el Excmo. Alcalde D. José Ballesta; salimos en la tele, fue todo muy épico, impensable si lo comparamos con la realidad covid actual. Era otro momento, el inicio de muchas cosas. Constantemente pensamos que quizás de haber sucedido esta situación del COVID en un momento diferente de nuestro desarrollo como empresa, quizás nos habría hundido. Lo contaremos próximamente en “Experiencias del COVID”, donde hablaremos de lo que ha supuesto este cambio a nuestro sector.
En conclusión, ganar ese premio y adquirir notoriedad en ese momento fue justo lo que necesitábamos para creer más en nosotros mismos y conseguir clientes que para nosotros antes estaban en otra órbita. Esto fue sin duda, lo que nos ha cambiado, el tener oportunidades que antes no existían.
Entrevista y redacción:
Adrián Rodríguez
Alessio Pinditore